El incansable caminante es aquel que no planifica sus pasos,
el que recorre expectante sin que se lo impidan sus años.
Es honesto, tenaz y también algo rencoroso, lo que para nada impide
que su viaje le sea feliz y a la par doloroso, aunque él jamas lo explique.
Tiene una cicatriz en la barbilla y muchas ocultas en su corazón,
la primera fruto de una zancadilla, el resto tropezando en el amor.
Jamas sintió que este mundo le quedara justo a su medida,
pues se sentía enorme un segundo, y al siguiente empequeñecía.
Aprendió que no existen la justicia ni tampoco la diosa fortuna,
por eso ni juzga ni castigo administra, y nunca pierde oportunidad alguna.
Si la vida le muestra encrucijadas, no se fía de sus ojos, solo de razones,
sabe que la cara no es espejo del alma, que nunca el hábito hizo al monje.
Poco más queda por añadir, aunque mucho resta para definirlo,
anímense a verlo partir, presten atención a su camino...
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