lunes, 9 de junio de 2008

El viejo baúl del desván: Las gafas.

En el oscuro desván del sótano, arumbado en un escondido rincón, hay un apolillado baúl cuyo crujido al abrirse ya es misterioso. Es un típico baúl de polvorienta madera tachonada con remates de metal oxidado.


El rojo terciopelo que antes tapizaba llamativamente su interior, hoy se deja ver discretamente en aquellas partes en las que el uso y el tiempo han firmado un pacto de no agresión contra el material...

Jamás me había detenido a observarlo tan detalladamente, pero hoy ha llamado poderosamente mi atención. Bajo su superficie, adornada por un mapa de cicatrices adquiridos en decenas de viajes, hay viejos objetos que siempre parecieron carentes de valor. Inertes, sí, pero hoy no sé porque, parece que más que estar inanimados, paralizados por falta de vida... parecen quietos, expectantes, simplemente aguardando el momento de ser utilizados.

Casi encima del todo, unas antiguas gafas, aunque de diseño bastante discreto para los canones de la moda actual, despiden destellos dorados al recibir la tenue luz de la estancia. En el lateral de la patilla derecha hay tres letras grabadas...(S.E.H). Parecen siglas... una búsqueda rápida me revela que podrían pertenecer a Sofronius Eusebius Hieronymus, uno de los posibles inventores de las gafas... Rápidamente las tomo, y me dirigo al anticuario mas cércano para comprobar si tienen algun valor económico.

Camino al establecimiento, veo las caras de indiferencia de la gente, oígo el cláxon de los coches y las enfurecidas voces de conductores que discuten constantemente. La ciudad es continuo bullir de grises emociones... adolescentes que miran con caras amenazantes y visten de forma intimidatoria, vagabundos que se emborrachan entre cajas de cartón... De veras es un lugar gris.

El letrero de cerrado por vacaciones me saca de mi ensimismamiento, un viaje en vano. Saco el móvil y llamo a un amigo historiador, quizás el sepa algo sobre las gafas o conozca a algun especialista en el tema. Alarmado me dice que ni se me ocurra deshacerme de ellas, ¨¡Podrían tener un valor incalculable!, si es por dinero yo te pago mas de lo que te de cualquier anticuario! Tráemelas cuando te sea posible¨.

A todo esto... ya despierta mi curiosidad por el tema y dispuesto a probar la tecnología de hace 17 siglos, me pongo las gafas a ver que tal me sientan. En realidad no tengo defectos de visión, pero, noto como a medida que pasa el tiempo mi realidad va cambiando poco a poco, los edificios no se mueven, la carretera sigue ahí, los árboles... pero todo adquiere una nueva dimensión difícil de explicar. De vuelta a casa, las escenas que había contemplado toman un cáriz diferente... Veo a la gente que grita, como almas inquietas y nerviosas, preocupadas por el ahora y por el mañana y no como impacientes idiotas que alteran el silencio. Los amenazantes jóvenes me llegan a través de los cristales como niños faltos de amor que confundidos pierden el rumbo en el mar de la sociedad. EL sucio vagabundo, es un pobre hombre que no sabe como tender la mano, y harto de que se la pisaran tomó la botella, unica boca que le besa, se arropa en cartones, unicos brazos que le mecen... Una lágrima choca contra la acera, y otra resbala por mi mejilla siguiendo el camino de la anterior. Al quitarme las gafas, vuelvo a mi triste mundo, al que me hacía sentir desprecio en vez... en vez de amor, y un pensamiento me invade sin que yo le hubiera abierto la puerta.

Realmente era miope, ciertamente estaba ciego, pues el mundo que veía en nada tiene que ver con el que acabo de descubrir. Estas palabras como un atronador eco que resuena en mi cerebro me acompañaron de vuelta a casa junto a esas increíbles gafas... Necesito reflexionar sobre lo que ha pasado, e investigar... ¿Quié fue el primer dueño de esas gafas? ¿Y del baúl? ...



....Continuará....

3 comentarios:

Wiki dijo...

Soy el prime? Yata!! (a lo Hiro). Está chulo tío. Espero que no tengamos que esperar tanto para el siguiente capítulo como en un cómic de Madureira (Lo digo por hacer la coña eh? :P, ya se que estás liadísimo y con to las cosas que tienes encima).

Es muy difícil hacer un relato breve, transmitir emociones en pocas palabras, dar una pinceladas morales y que todo tenga cohesión... ¡pero a ti te sale como si nada fiera! :P

Un saludo y sigue sacando cosas de ese baúl.

Oteland dijo...

Está muy el relato... esas son las gafas de las que hablabas en una clausura de un encuentro? jejej... supongo q esas gafas hay que ir trabajándolas y pidiéndoals cada día... porque si no... te crecen las dioptrías y ya no funcionan...

Halleck dijo...

Si, es un objeto primo hermano del catadrióptico, que cambia la visión del mundo... aunque os adelanto que el personaje descubre que el funcionamiento de esas gafas no es cómo el esperaba o ha percibido la primera vez que se las ha puesto..